24 de enero de 2009

Su seña particular. (Descripción)


La verdad, tengo que admitir que aunque a veces tengo quejas al respecto, me gusta todo de él. Así como es, un poquito superficial, medio ego, medio metro, así está bien, al menos para mi. Sus manos son suaves, me gusta como se desparraman por mi cuerpo. Tengo una fijación con esas manos. Me vuelvo loca por sentirlas en mi. Adoro su sonrisa. Es perfecta. La boca se abre para dejar entrever unos dientes casi perfectos. Blancos, ordenaditos, todos en su lugar. Ver esa dentadura es placentero. Pero el tiene una seña particular. Algo que me haría reconocerlo aún con los ojos cerrados. Le encanta tocar orejas. Si si, así es. Le encanta tocar orejas (las propias y ajenas); y las mías las besa, las acaricia, las aprieta, las muerde. Y aunque en un principio me parecía extraño, ahora me agrada. De hecho, es como un lenguaje propio. Si no me toca las orejas... estamos en problemas, algo pasa. Es su seña particular. Desde que lo conocí supe que era una persona singular, especial. No como todos. El sentimiento hacia él es bastante particular también. Es fuerte, hace que me quede, aunque a veces quiera irme. Realmente no he conocido otros hombres con señas particulares tan definidas como la de él. ¿Curioso, verdad?

2 comentarios:

Patrícia Alcântara dijo...

uhm...
maniaco por orejas... ni idea de quien sea...
pero vos sos la cajita de milk y el de coffe... jejeje ;*

Anónimo dijo...

Ahhh que maravilla. Tiene suerte de hacerse encontrado a alguien como tu. A mi tambien me encanta tocar orejas. Pero soy incapaz de encontrar mi media naranja.